Cómo limpiar el calzado
Has conquistado caminos embarrados y carreteras polvorientas, y tu calzado acumula las historias que lo demuestran. Mantener limpio el calzado de senderismo y caminatas no es solo una cuestión estética. Se trata de hacer que dure más y de mantener los pies protegidos en la próxima excursión. Así que vamos a ver cuáles son las mejores formas de cuidar tu calzado.
Tratamientos previos a la limpieza
Cepillado en seco
Empieza por cepillar tu calzado en seco. Coge un cepillo suave y retira con cuidado la suciedad y los restos sueltos de la superficie. Este paso ayuda a evitar que la suciedad se esparza al aplicar la solución limpiadora.
Quitar los cordones y las plantillas
A continuación, quita los cordones y las plantillas del calzado. Esto te permite limpiar todos los rincones sin obstrucciones, y puedes limpiar a fondo los cordones y las plantillas por separado.
Mezclar una solución limpiadora
Ahora, vamos a preparar una solución limpiadora. Mezcla en un cuenco una pequeña cantidad de jabón suave para vajilla con agua tibia. Esta suave mezcla es perfecta para eliminar la suciedad y las manchas sin dañar el calzado. También puedes utilizar un limpiador de calzado especializado, si dispones de él.
Limpieza de todas las partes del calzado
Lavar los cordones del calzado
Empieza sumergiendo los cordones en la solución limpiadora. Esto ayuda a reblandecer la suciedad y la mugre. Después de remojar durante unos minutos, coge un cepillo de dientes y frota. Las cerdas son perfectas para penetrar en la trama de los cordones y eliminar la suciedad más incrustada.
Si encuentras alguna mancha especialmente resistente, trátala con una solución de bicarbonato sódico: mezcla bicarbonato sódico con un poco de agua para formar una pasta y aplícala sobre las manchas. Frota suavemente y aclara con abundante agua. Tus cordones quedarán como nuevos.
Lavar las suelas
Retira cualquier piedra o residuo alojado en la banda de rodadura utilizando un cepillo de dientes suave o palillos de dientes para esos lugares estrechos. Esto garantiza que tu calzado mantenga su agarre en diversas superficies. A continuación, frota las suelas con un cepillo suave y la solución limpiadora para eliminar la suciedad. Este paso ayuda a restaurar la textura y el aspecto originales de las suelas.
Para mantener tus suelas blancas, puedes mezclar bicarbonato de sodio con agua hasta formar una pasta y utilizarla con un cepillo de dientes suave sobre las manchas difíciles. Una esponja de melamina (como una Borrador mágico) también puede hacer maravillas. Basta con humedecer la esponja y frotar suavemente las zonas afectadas.
Por último, limpie las suelas con un paño suave de microfibra para eliminar cualquier resto de solución limpiadora y dejarlas con un aspecto fresco y limpio.
Lavado de las partes superiores
Para limpiar la parte superior del calzado, empieza por frotarlo con un cepillo suave y la solución limpiadora o el limpiador de calzado. Esto ayuda a levantar la suciedad sin dañar el material. Presta especial atención a las zonas manchadas, utilizando un movimiento circular para quitar la suciedad eficazmente.
Una vez que hayas frotado a fondo, utiliza un paño húmedo para retirar la solución limpiadora, con cuidado de no empapar el material. En caso de manchas difíciles, es posible que tengas que repetir el proceso hasta que las partes superiores queden impecables.
Secado e impermeabilización
Después de limpiar el calzado, es fundamental secarlo correctamente para evitar que se estropee y para que mantenga su forma. Coloca el calzado en un lugar bien ventilado para que se seque al aire, evitando la luz solar directa o fuentes de calor que puedan deformar o debilitar los materiales.
Para acelerar el proceso de secado y ayudar a mantener la forma, introduce papel de periódico arrugado en el interior del calzado. Sustituye el periódico a medida que se humedezca para garantizar la máxima absorción de humedad.
Una vez que tu calzado de senderismo esté completamente seco, vuelve a aplicar un spray o tratamiento impermeabilizante para restaurar su resistencia al agua.